En el decreto 2005 se establecen las
normas de convivencia en los centros docentes sostenidos con fondos públicos
que imparten enseñanzas escolares.
Los
profesores tienen en los centros educativos una responsabilidad muy destacada y
ha de tener a su alcance instrumentos eficaces que aseguren las condiciones
necesarias para desarrollar el trabajo en el aula.
Los profesores de cada grupo,
coordinados por el tutor, constituyen el equipo educativo responsable, en
primera instancia, de la prevención de conflictos y del respeto a las normas de
convivencia en el aula y en el resto de las dependencias del centro.
Se trata de propiciar en los centros
docentes la existencia de un entorno de trabajo que asegure la transmisión de
conocimientos y de valores, así como de respaldar la autoridad del profesor.
El reconocimiento de la valiosa labor de los docentes y por las dificultades que han de superar a la hora de resolver los conflictos que se pueden presentar en el centro educativo hace necesario que su autoridad sea respaldada.
El reconocimiento de la valiosa labor de los docentes y por las dificultades que han de superar a la hora de resolver los conflictos que se pueden presentar en el centro educativo hace necesario que su autoridad sea respaldada.
En este
decreto se establecen los derechos y deberes de los alumnos, estando entre
ellos “respeto al profesor” y “la tolerancia y solidaridad con los compañeros”.
Los cambios
experimentados en la sociedad en los últimos años han generado profundas
modificaciones en las relaciones existentes entre adultos y jóvenes.
Los centros, que constituyen ejemplos de pequeñas
sociedades, reflejan estos cambios; han de ser capaces de impulsar la
convivencia, de ofrecer una respuesta educativa a situaciones de conflicto y
asumen además la responsabilidad de proyectar los valores fundamentales,
individuales y colectivos, que caracterizan a una sociedad democrática.
Un saludo.
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